La somnolencia debida a la ingesta de antihistamínicos de primera generación concurre como factor causante de un 15-30% de accidentes
Estornudar mientras conducimos a una velocidad de 100 km/h supone que perdamos la visibilidad de la carretera durante 28 metros. Las enfermedades alérgicas afectan hasta a un tercio de la población de los países occidentales. Además, con el cambio climático y el efecto invernadero, los inviernos se están suavizando, por lo que está aumentando la incidencia de los pólenes de invierno (ciprés y arizónica), que eran excepcionales hace tres décadas. También la contaminación, en especial la procedente de vehículos diésel, potencia los efectos y reacciones a determinados pólenes.
No todo el mundo es consciente de que padece una alergia de este tipo, por ello es importante conocer sus síntomas – entre los que destaca la visión borrosa, una constante necesidad de sonarse la nariz acompañada de estornudos muy seguidos y la fatiga y el dolor de cabeza – y cómo actuar en caso de padecerlos.
Para ello, se ha elaborado una lista de consejos con el fin de evitar un problema mayor:
• Conducir con las ventanillas cerradas.
• Mantener limpios los conductos de ventilación y el filtro anti polen.
• No realizar viajes demasiado largos.
• Evitar conducir al amanecer y por zonas húmedas.
• Utilizar preferentemente la recirculación de aire, conjuntamente con el aire acondicionado.
• No consumir alcohol.
• Utilizar gafas de sol.
• No auto medicarse.
Aquellas personas conocedoras de su alergia suelen recurrir al uso de analgésicos o antihistamínicos para combatirla, pero es muy importante conocer los efectos secundarios que algunos fármacos pueden tener.